«Cada año usamos maderas que vienen de otras casas… como una semilla.
¿Cómo ordenan los fragmentos que constituyen la Posa y a la vez la designan? Cada uno de los troncos no es un mero elemento de intersección entre la superficie de una pared y el instante donde esa pared termina. Cada listón era ya antes y será después una forma explosionada.
Cada una de las maderas viene de muchas otras y anteriores construcciones. Una vez terminado el pretexto de esta edificación, el edificio mismo deberá desaparecer. Pero en verdad es ya imposible que desaparezca lo ya disuelto. Cada tronco volverá a ser esquina, volumen o intersección porque antes ya fue valla, pared, arbotante o perchero.
Una paradoja entre otras que interrogan la naturaleza de este cuarto es el hecho de que no pueda ser completamente destruido sino tan solo restituido».
Juan Muñoz. «De las semillas». En: La Posa.
La casa se construyó con restos de demoliciones y saldos de otras obras. En la década de los ochenta la casa de dos departamentos pasó a ser habitada por una sola familia, la que la transformó en una vivienda única: se dejó una puerta ciega, una de las dos escaleras fue eliminada, las dos cocinas se transformaron en una y se agregaron ventanas a la fachada norte, nuevamente obtenidas de demoliciones.
La presente constituye, entonces, la última capa de un palimpsesto que se ha venido dibujando siempre sobre la misma hoja, no solo en su formato sino en su materia. Resultaba evidente que la propia casa se habÃa articulado a lo largo de su historia con una lógica no conservacionista en cada una de sus transformaciones: cada dueño o habitante le habÃa cambiado algo destruyendo una estructura o pieza anterior. Nuestro gesto, entonces, se asemejaba a aquella antigua tradición sintoÃsta japonesa que cada cierto tiempo destruye sus templos para volver a levantarlos igual que el original. Allà el valor está dado no tanto por la antigüedad del templo, sino por la cantidad de veces que sus piezas o componentes han sido cambiados y hasta reemplazados.
Las reglas fundamentales del proyecto fueron mantener el formato de la casa, su perfil, su metraje y continuar la lógica del uso de materiales de esta. A partir de ello, la necesidad de rehabilitarla fue la excusa para reformularla. La casa debÃa abrir su fachada norte hacia el patio trasero. Esto permitirÃa aumentar su profundidad incorporando el patio como un gran espacio complementario. Las habitaciones del segundo piso debÃan cambiar de orientación. Una galerÃa hacia la calle sur dejarÃa las piezas orientadas hacia el patio norte. El resultado fue una renovación casi inadvertida para los vecinos históricos del barrio. La idea de conservar un cierto patrimonio se sustentaba en preservar y refinar el formato de aquello que rodeaba al proyecto: ciertas tipologÃas, una escala, la permanencia en el tiempo de unas formas propias del lugar, caracterÃsticas que son testimonio de una probada adaptación urbana y climática. Todas las modificaciones que ha experimentado la casa son tan solo el resultado de la adaptación de la casa a un nuevo hogar, a un nuevo estilo de vida que la habita.
Publicado en
ARQ 88 | Patrimonios
Diciembre 2014
Ficha técnica
Arquitecto: Pablo Ojeda / Colaboradora: Marcela Carrasco / Ubicación: Baquedano 181, Valdivia, Chile / Encargo: auto encargo / Cálculo estructural: Adolfo Castro / Construcción: Pablo Ojeda / Proyectos eléctrico y sanitario: Pablo Ojeda / Estructura: madera / Terminaciones interiores: paneles de terciado, yeso-cartón y madera / Terminaciones exteriores: planchas recicladas de zinc micro-acanalado (original existente), madera recuperada (original existente) / Presupuesto: 10 uf/m²; US$ 399/m² / Superficie de terreno: 300 m² / Superficie construida: 120 m² / Año de proyecto: 2013 / Año de construcción: 2013-2014 / FotografÃa: Felipe Fontecilla
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