
El proyecto de los pabellones de baños del Centro Comunitario JudÃo de Trenton en Nueva Jersey, realizado por Louis Kahn en 1954 e inaugurado un año después, tendrÃa una importancia casi desproporcionada para la carrera que el arquitecto desarrollarÃa en las siguientes dos décadas y también para la cultura arquitectónica de la segunda mitad del siglo XX. A pesar de un tamaño más bien reducido y su evidente modestia material, el proyecto de Trenton sirvió a Kahn para poner en juego, con claridad inaugural, las categorÃas de espacios «servidos» y «servidores», que luego aparecerÃan nÃtidas como hilo argumental de proyectos como los laboratorios del Instituto Salk o la biblioteca de Philip Exeter Academy: el proyecto podÃa entenderse como la articulación de dos categorÃas, donde una de ellas daba sentido a la otra y de alguna forma, la subordinaba.
Los modos en que esta noción jerárquica y disociadora ha permeado otras áreas del proyecto son tan variados como los resultados de esta aceptación. Quizá esta distinción entre un ente servidor –básicamente utilitario y de alguna forma auxiliar– y otro servido, de naturaleza noble y con un destino central, pueda explicar el relativo abandono que los arquitectos hemos hecho de la calle «servidora», para concentrar nuestras miradas y esfuerzos en los edificios «servidos».

El tÃtulo de la última edición de 2013, «Espacios para el tránsito» trata de instalar a los caminos, avenidas y paseos en una posición menos periférica y que merecerÃa mayor atención; más que una vÃa conectora entre dos puntos, o un corredor para el transporte de personas y bienes, el espacio del tránsito ofrece un enorme potencial en cuanto a las experiencias a las que puede dar lugar y las cualidades espaciales que en él se pueden desplegar.
Lejos del ámbito de las meras infraestructuras –y más cerca del proyecto cualificador– este número hace eco de la afirmación de Elke Schlack, quien en el inicio de su artÃculo «Una figura legal: calle» recuerda que la calle es, justamente, el dispositivo espacial más cercano a la vida pública y un claro ejemplo de cómo el espacio puede asumir una función social. Más que un mero conector o lugar de circulación –evidentemente lo es– las obras, proyectos y lecturas de ARQ 85 recuerdan las múltiples situaciones que los tránsitos pueden gatillar a su alrededor para generar intercambio y accesibilidad en muchos niveles. Esta edición propone una mirada sobre los espacios del tránsito (parques, calles, el lecho o el borde de un rÃo) como lugares para la comunicación y la negociación; y también propone atenuar la oposición que –quizás inconscientemente y a propósito de jerarquÃas y convenciones– hacemos entre la ruta y el destino.
Disponible
$12.550
Sumario
Editorial. Espacios del tránsito / Patricio Mardones
Portafolio GalerÃa AFA
Diamantes, manones y canarios. Paisajes torpes, pero sonoros / Cristián Salineros
Lecturas, obras y proyectos
Una figura legal: «calle» / Elke Schlack
Prolongación de la Castellana / José MarÃa Ezquiaga
Movilidad, espacio público y arquitectura / Pablo MartÃ, Sergio GarcÃa, Almudena Nolasco
Concesionaria de bicicletas / Gerardo Caballero, Maite Fernández
De Camino del Inca a Gran Avenida / Rosanna Forray, Cristhian Figueroa, RocÃo Hidalgo
Mapocho pedaleable / Tomás Echiburú, Osvaldo Larrain
Higiene pública y movilidad urbana en el Santiago de 1900 / Rodrigo Booth
Remodelación del espacio público / Ignacio Montaldo, Silvia Colombo
El Plano detallado de Santiago de Alejandro Bertrand (1889-1890) / Wren Strabucchi, Magdalena Vicuña, Germán Hidalgo, José Rosas
Mapocho 42K / Equipo Mapocho 42k
Libros y revistas recibidos
Dossier técnico ARQ