Ediciones ARQ | Elvira PÃ©rez

Elvira PÃ©rez

Poco antes de su muerte en 2003, Cedric Price se asegurÃ³ de que el Interaction Centre â€“edificio que Ã©l mismo habÃa diseÃ±ado veintisiete aÃ±os antesâ€“ fuese demolido. Si bien muchos interpretan ese acto como una demostraciÃ³n de excentricidad, tambiÃ©n se puede argumentar que Price estaba siendo fiel a una arquitectura que, para Ã©l, debÃa ser como la comida (que se prepara, come, digiere, y luego se evacÃºa); asÃ, no habrÃa necesidad de mantener un edificio tras su vida Ãºtil, aun si eso implicaba rechazar las intenciones de la comunidad de preservarlo como monumento histÃ³rico.

Este singular ejemplo da cuenta, sin embargo, de una idea mucho mÃ¡s extendida: que las estructuras habitables pueden no estar destinadas a perdurar, cuestionando asÃ la nociÃ³n de que la arquitectura se define por su permanencia. Hablamos de aquellas estructuras que â€“como las carpas que Semper proponÃa como el origen de la arquitecturaâ€“ se plantean con una temporalidad limitada, pudiendo ser desmanteladas y removidas, pero permaneciendo listas para ser nuevamente instaladas.

Esta idea implica una redefiniciÃ³n de fondo. Porque si el proyecto de arquitectura busca prever la forma final y diseÃ±ar detalles que permitan que la construcciÃ³n resista la intemperie y perdure en el tiempo, las estructuras desmontables implican una preocupaciÃ³n adicional por la reversibilidad del proceso, exigiendo al menos una definiciÃ³n ampliada del alcance de un proyecto. La reciente insistencia sobre estas arquitecturas y los diversos caminos de exploraciÃ³n que abren, se presentan en esta ediciÃ³n a travÃ©s de un dossier con 12 ejemplos de distintas escalas y procedencias.

Pero si bien podemos entender que estas estructuras surgieran con la revoluciÃ³n industrial, y luego reaparecieran junto a los deseos de emancipaciÃ³n y movilidad de los jÃ³venes en los sesenta, Â¿cÃ³mo explicamos que hoy en dÃa hayan dejado de ser manifestaciones marginales para transformarse en protagonistas del discurso de la arquitectura contemporÃ¡nea?

Boltanski y Chiapello argumentaban en 1999 que la mutaciÃ³n mÃ¡s reciente del capitalismo consistÃa precisamente en haberse adueÃ±ado de los ideales de emancipaciÃ³n y libertad que los jÃ³venes del â€˜68 habÃan levantado como bandera de lucha. AsÃ, podrÃamos leer el revival de las arquitecturas de los sesenta â€“y sus estructuras desmontablesâ€“ como representaciones de la ductilidad del nuevo capitalismo. Pero tambiÃ©n podrÃamos entender la reciente avalancha global de arquitecturas temporales como una reacciÃ³n al adjetivo â€˜atemporalâ€™ con el que algunas prÃ¡cticas contemporÃ¡neas justifican sus proyectos.

Sin Ã¡nimo de resolver esta interrogante, y siguiendo a Price, en este nÃºmero de ARQ nos preguntamos por las estructuras desmontables simplemente por la curiosidad que nos genera su resurgimiento en el contexto actual. Pero si esa misma curiosidad juvenil por entender es la que llevÃ³ a las vanguardias a desmontar estructuras y supuestos existentes, renovando y vitalizando el discurso de la arquitectura, Â¿no deberÃamos estar constantemente desmontando estructuras para entenderlas, cuestionarlas, y asÃ vitalizar nuestra disciplina? Obviamente no tenemos la respuesta, pero a punto de cumplir 35 aÃ±os, y ya con 90 ediciones, en ARQ mantenemos intacta la curiosidad para hacernos estas y otras preguntas.

Extracto de la editorial.

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