El hogar errante del nido al calentamiento local: una nueva relación con el calor.
«En el invierno, la familia se reunÃa alrededor de la chimenea, que era la única fuente de calor y luz. AhÃ, los niños estudiaban, los padres intercambian las noticias del dÃa, y la abuela trabajaba en sus bordados. El hogar mantuvo unida a la familia extendida. Luego se incorporaron tuberÃas para el suministro de energÃa –el cableado eléctrico y los ductos de calefacción central. La familia podÃa tener calor y luz para leer en cualquier parte. El fuego ya no estaba encendido… El cÃrculo junto a la chimenea ya no servÃa como aglutinador social. El viejo tejido social –unido por similitudes forzadas de ubicación y horario– ya no cohesiona. ¿Qué debiera reemplazarlo?» (Mitchell, 1999)
Una trayectoria paralela hacia la liberación espacial se dio, un poco a tropezones, a través de muchos aspectos de la vida. La luz circular de la vela se dividió en una moderna proliferación de lámparas en cada habitación; el encuentro y la conversación en torno a la fuente de la villa fluyeron por un sistema de ductos que entraban y salÃan de cada habitación; incluso el entretenimiento atravesó el umbral del teatro, dispersándose hacia cada sala de estar por medio de rayos catódicos y pantallas. Los elementos de la vida son repartidos individual e instantáneamente. La vida se ha desprendido de sus ataduras.
Sin embargo, la atomización ocurre a costa de la eficiencia, particularmente en el caso del control climático. El hogar ya no es un recurso compartido que atrae a las personas, sino un sistema distribuido en el que cada usuario demanda su derecho a la comodidad. Junto a la calefacción central –un sistema binario de encendido y apagado– se estableció una dramática asimetrÃa entre ocupación humana y uso energético. Viviendas completas son calefaccionadas durante el dÃa cuando los residentes están en el trabajo o en la escuela, e incluso cuando están de vuelta en sus hogares, las esquinas vacÃas de la casa son indiscriminadamente mantenidas tan cálidas como aquellas que se encuentran en pleno uso. Para asegurar la comodidad permanente, el hombre calienta cada espacio que tal vez pudiese ocupar.
Aun asÃ, las redes y las tecnologÃas digitales emergentes pueden tener un impacto positivo. Una superposición de sistemas digitales sobre el espacio fÃsico –la convergencia de bits y átomos– nos permiten un grado de control sin precedentes. En la historia de la tecnologÃa nos encontramos en una encrucijada, pues una omnipresente sábana de sensores nos envÃa cada vez más datos de nuestro entorno, ante los que se puede responder en tiempo real. Cada dimensión de la vida es impactada: desde el ejemplo más simple de luces sensibles al movimiento dentro de una pieza, hasta incluso la escala de una ciudad.
En el caso del calor, un sencillo aparato es capaz de hacer exactamente eso. El termostato fue inventado durante la década de 1880 para mantener una temperatura ambiente constante a discreción del usuario. Sin embargo, es sólo con la reciente integración de teléfonos inteligentes y la digitalización que los usuarios pueden ejercer un grado de control climático dinámico. Una nueva tecnologÃa, bien llamada ‘El Nido’, es un sistema termostático digitalmente integrado que aprende de los hábitos diarios de los usuarios, que puede ser controlado a través del smartphone y que promueve el fin de ahorrar energÃa.
‘El Nido’ permite el control dinámico de la temperatura en el tiempo, pero también podrÃa ejercer el mismo grado de control sobre el espacio, es decir, sincronizar el calor con el cuerpo de las propias personas. Un sistema dinámico para un calentamiento local podrÃa establecer un control especÃfico sobre climas individuales, a la vez que mejorarÃa la eficiencia energética en órdenes de magnitud. Una nube térmica individual podrÃa seguir a cada humano a través de un edificio, asegurando una comodidad omnipresente mientras minimiza las necesidades generales de calefacción, tal como se expuso en Calentamiento Local, para la muestra Elementos de Arquitectura de la Bienal de Venecia de 2014.
Calentamiento Local utiliza un conjunto de elementos de calefacción dinámicos para localizar a una sola persona, creando asà un clima individual y preciso en torno a ella. Cuando un visitante entra a una habitación, su ubicación y trayectoria es monitoreada en tiempo real usando un sistema de tracking. Esta información es transmitida a los elementos de calefacción dinámicos posicionados en una rejilla cerca del cielo, creando, cada uno, un rayo de calor infrarrojo colimado. Focos de calor son dirigidos a las propias personas: el hombre ya no busca más el calor, sino que él busca al hombre.
Eficiente, quizás, pero ¿qué ocurre con el aspecto social del calor? El hogar se ha convertido en algo completamente atomizado y móvil, y su descentralización trae consigo una fragmentación simultánea de la cohesión social: asÃ, la evolución de la gruta se ha completado. En la medida en que los humanos se conectan más al espacio digital, aparece una correspondiente alienación fÃsica que es dramáticamente enfatizada por los climas individuales. El medioambiente hermético de una nube personal de calor parece ser la capitulación final de la interacción humana. Estamos digitalmente conectados y espacialmente aislados. Entonces, la pregunta de William Mitchell permanece: si el hogar está fragmentado, «Â¿qué deberÃa reemplazarlo?».
Publicado en
ARQ 89 | EnergÃa y recursos
Abril 2015
Ficha técnica
Idea y dirección de proyecto: MIT Senseable City Lab / Director: Carlo Ratti / Director asociado: Assaf Biderman / Director de investigación: Yaniv Jacob Turgeman / Director de ingenierÃa: Leigh Christie / Director de proyecto: Miriam Roure / Curador: Matthew Claudel / Ingeniero eléctrico: Carlos Graeves / Consultor de investigación: Rex Britter / Control de movimiento y visualización: Matthias Danzmayr, Jacob Fenwick, Shan He, Pierrick Thebault / Diseño y fabricación: Ricardo Ãlvarez, Thomas Altmann, Dorothy Bassett, Gene Chunyayev, Clara Cibrario Assereto, David Dowling, Feifei Feng, Sebastian Grauwin, Chris Green, Elyud Ismail, Sam Judd, Jessica Marcus, Aaron Nevin, Jessica Ngo, Oleguer Sagarra Pascual, Kristopher Swick, Michael Szell, Remi Tachet des Combes / Diseño y producción de exposición: Carlo Ratti Associati / Arquitecto: Saverio Panata / Equipo de diseño: Pietro Leoni, Walter Nicolino, Giovanni de Niederhausern / Montaje exposición: DesignLab / Diseño gráfico: Jessica Svendsen / Rastreo de movimiento: MIT Computer Science and Artificial Intelligence Lab / Director: Dina Katabi / Diseño de rastreo de movimiento: Deepak Vasisht, Jue Wang / Auspiciadores: MIT Energy Initiative, Enel EnergÃa.
BibliografÃa
Mitchell , William J. e-topia (Cambridge: MIT University Press, 1999).
Lecturas recomendadas
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Acondicionamientos