ARQ 92

Casa para uno↑ Fig. 1. Mezquita y Sinagoga desde Gertraudenstraß. © Kuehn Malvezzi, Visualizacion: Davide Abbonacci, Kuehn Malvezzi.

Berlín ya es una ciudad excepcional. Que en ella surja un encargo sin precedentes como una iglesia compartida entre cristianos, judíos y musulmanes sólo reafirma esta condición. Este proyecto de Kuehn Malvezzi –aún en la búsqueda de financiamiento– representa una posibilidad tan excepcional que de por sí es destacable, más aún si su arquitectura busca reafirmar esa condición de extrañeza dentro del contexto urbano.

Trabajando en el concurso para una casa de oración y aprendizaje en Berlín, nos sorprendió en primer lugar el lenguaje utilizado en las bases. Se pedía un edificio que se suponía fuera ajeno a su contexto urbano, uno que se distinguiese a partir de su extrañeza. Había además una especificación adicional en el texto, indicando el sentido especial de la solicitud: el asombro en presencia de lo sagrado no era para producir letargo sino más bien la curiosidad por algo nuevo y hermoso, a ser discernido a través de una extrañeza productiva. Así, la extrañeza se convirtió en el verdadero punto de partida de nuestro proyecto.

Por supuesto, hay también una sensación de extrañeza que reside en el propio programa del edificio. La idea de tres espacios sagrados diferenciados para las congregaciones judías, cristianas y musulmanas, todos confinados en un mismo edificio, en sí misma ya desafía nuestro sentido de identidad. Teniendo esto en cuenta, el proyecto iba a producir una doble distancia, al interior y al exterior, tanto en términos de programa como de contexto. Las tres religiones monoteístas requieren cada una su propia casa de oración, mientras que todas juntas serán englobadas en un mismo edificio; un edificio como una ciudad, internamente heterogénea pero identificable desde el exterior.

¿Puede la identidad arquitectónica residir entonces simultáneamente en la unidad volumétrica y la distinción espacial? Si la unidad volumétrica es la expresión de la fe, la religión podría no requerir ninguna representación simbólica en el exterior. Como el rabino Ben Chorin señaló en una de nuestras reuniones recientes, la fe y la confianza son posiblemente más duraderas que la religión como tal. Destacó la importancia del cuarto espacio en el centro del edificio, un espacio de planta centralizada y cubierto con una cúpula, más alto que las tres casas de oración a su alrededor. Este cuarto espacio actúa como umbral de los espacios sagrados, trasladando el espacio público urbano al interior del edificio.

Como arquitectos, nos enfrentamos por primera vez con el diseño de un espacio sagrado. En última instancia, esperamos que la extrañeza y el anhelo de lo nuevo y lo bello –solicitados en las bases– residan positivamente en nuestro proyecto para el Bet und Lehrhaus.

↑ Fig. 2. Corte transversal y longitudinal. © Kuehn Malvezzi

↑ Fig. 3. Hall central y logia superior. © Kuehn Malvezzi

↑ Fig. 4. Sitio de excavación arqueológica. © Kuehn Malvezzi

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ARQ 92
Abril 2016

Autores

Kuehn Malvezzi Architects. Fundado por Simona Malvezzi, Wilfried Kuehn y Johannes Kuehn en Berlín, la firma ha diseñado la reorganización de colecciones de arte contemporáneo e histórico, así como lidiado con aspectos de preservación de edificios protegidos en Viena, Frankfurt y Berlín. Espacio público y exposiciones son el foco principal de su trabajo como arquitectos, diseñadores y curadores. Su aproximación crítica a la restauración se muestra en la propuesta para el concurso del Humboldt-Forum en Berlín, galardonado con el Premio de la Crítica Alemana 2009 para la categoría de arquitectura. Sus proyectos han sido expuestos internacionalmente, entre otros, en la Bienal de Arquitectura de Venecia y la Bienal de Arquitectura de Chicago.

La Ola↑ Fig. 1. Primera presentación © scs.

En un sitio eriazo oculto tras una fachada continua en los cerros de Valparaíso, un taller de la escuela de arquitectura de la Universidad de Oslo creó un espacio excepcional, un teatro abierto y comunitario. A diferencia de operaciones similares, aquí la arquitectura sí importa. El proyecto le da sentido al encargo y al sitio, proponiendo un modelo de intervención urbana que bien podría replicarse en otros lugares.

Eriazo, nuestro cliente para el proyecto La Ola, es un colectivo cuyo objetivo es reemplazar la estructura neoliberal de Chile a través de espectáculos, obras de teatro, títeres, circo, música y seminarios. Así, reciclan los desechos producidos por la sociedad para generar herramientas de resistencia, transformadas en arquitectura, teatro, música, circo, pintura, artesanías y educación, ayudando a construir formas alternativas de trabajo y aprendizaje que vendrían a transformar nuestra relación con el entorno.

Cuando nos contactaron a fines de 2014 para desarrollar el proyecto en Ecuador 428, no entendíamos los objetivos generales del colectivo. Asumimos que, siendo en su mayoría actores egresados, necesitaban un anfiteatro donde realizar espectáculos. Desde el otro lado del mundo, y teniendo un contacto digital esporádico, fue sólo durante el mes que pasamos en Valparaíso construyendo conjuntamente el proyecto que nos dimos cuenta de la magnitud de las actividades sociales del colectivo.

Es difícil saber en qué medida este malentendido afectó el proyecto. Si hubiésemos tenido la comprensión que hoy tenemos de Sitio Eriazo, es probable que hubiéramos respondido de otra forma. A la vez, la arquitectura como artificio surge no sólo de una respuesta directa a las necesidades del cliente sino que tiene objetivos propios que interactúan de manera compleja con las particularidades de la tarea en cuestión.

La Ola toma la forma clásica del anfiteatro, yuxtaponiendo una rampa de acceso en espiral que sirve tanto a los asientos como al nivel superior del sitio, convertido en huerto. Un ‘parrón’ inclinado da sombra a las mesas por debajo. Detrás de los asientos se ubican las instalaciones auxiliares: un área de cocina con horno de barro y una parrilla, (que le permite a Sitio Eriazo repartir comida durante los espectáculos), bancos de taller, un baño y áreas para reuniones del grupo.

↑ Fig. 2. Anfiteatro © scs

↑ Fig. 3. Planta.

↑ Fig. 4. Detalle módulo asiento e isometría despliegue de elementos.

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Abril 2016

Autores

Christian Hermansen Cordua. Arquitecto, Pontificia Universidad Católica de Chile, 1970. Master in Architecture and Urban Design, Washington University, 1974. Profesor en Kingston School of Architecture, Strathclyde University (Escocia) y Mackintosh School of Architecture Glasgow School of Art, donde se desempeñó además como Director de Estudios de Posgrado. Ha dictado conferencias en América, Europa y Asia. Ha publicado diversos libros, entre otros Manifestoes and Transformations in the Early Modernist City y contribuido en revistas, libros y exhibiciones en Europa y ee.uu. Desde 2004 es profesor en la Oslo School of Architecture and Design (aho), donde dirige el ‘Scarcity and Creativity Studio’ (scs).

Solveig Sandness. Ingeniero, Norwegian University of Science and Technology, Noruega, 1994. Master in Structural Engineering. Se desempeñó como ingeniero entre 1994 y 2006 en el desarrollo de software de análisis estructural, diseño de infraestructura submarina para la industria petrolera y proyectos de estructura para distintos edificios. Desde 2004 ha sido profesor asistente en la Oslo School of Architecture and Design, donde dicta clases en cursos tanto de pregrado como de postgrado, entre ellos, el ‘Scarcity and Creativity Studio’ (scs).

excepciones
Fue Vasari quien en el siglo XVI nos acostumbró a leer la historia de la arquitectura a partir de las carreras de los grandes artistas, personajes excepcionales cuyo talento había llevado a las distintas formas de arte a un estado superior que hasta hoy conocemos –por la propia denominación de Vasari– como Renacimiento. No es difícil reconocer ahí el germen de una forma de escribir la historia –y por ende de entender la propia tradición de la arquitectura– a partir de los llamados ‘maestros’, figuras que con su propia oeuvre definen el abanico de posibilidades dentro de un sistema institucionalizado de conocimiento que comúnmente denominamos ‘disciplina’. Esto hasta fines de los noventa cuando Giorgio Agamben rescata la idea de ‘estado de excepción’ que Carl Schmitt había propuesto en 1922. Al indicar que el campo de concentración es el arquetipo que mejor representa esta noción, Agamben estableció una imagen arquitectónica del estado de excepción, pues localizó y definió un orden para este concepto. Casi una década después los arquitectos empezamos a preguntarnos por estos espacios, un período en el que además nos hemos hecho conscientes de que, por muy neutral que pueda ser el pensamiento detrás de un proyecto, sus efectos son siempre políticos.

Conscientes de esa genealogía, en este número de ARQ optamos por no insistir en la aproximación personalista de Vasari. Más bien, hemos querido preguntarnos qué significa la excepción en arquitectura si es que ampliamos un poco el imaginario propuesto por Agamben. Si bien nos hacemos cargo del caso contemporáneo de los campos de refugiados en Turquía, sabemos que hay otras formas de excepción que afectan o implican a la arquitectura.

excepciones
El número 92 de ARQ también es excepcional porque se presenta en un nuevo formato –más pequeño y con más páginas– que reemplaza al que la revista mantuvo desde el número 30 publicado en 1995. En esa ocasión Montserrat Palmer, ex editora y una de las fundadoras de ARQ junto a Alex Moreno, explicaba el cambio de formato indicando que el objetivo de la revista era influir en el «desarrollo cualitativo de la arquitectura en Chile». Veintiún años después, cuando la revista ya ha consolidado esa influencia, creemos que ARQ puede apostar por algo mayor: no sólo sostener desde Chile un diálogo de iguales con las principales ideas, temas y propuestas de la arquitectura contemporánea, sino también ampliar esa conversación a otros actores de la esfera pública.

El formato previo suponía condiciones específicas de lectura que son difíciles de encontrar hoy en día (una mesa amplia y despejada, como si se estuviera leyendo un plano). Este nuevo formato permite un uso más cotidiano. Una revista que se pueda dejar en el velador junto a los otros libros que estamos leyendo o que podamos llevar sin problema en el bolso, pues su tamaño calza con el de los laptop. Porque si bien este es un número sobre excepciones, nos rehusamos a que su lectura suponga condiciones de excepción. Más bien, queremos que la revista pueda ser leída en cualquier parte, en condiciones normales. Esperemos que ustedes, nuestros lectores, nos demuestren que esto es posible.

Extracto de la editorial.

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Agotado

Sumario
Portafolio Fotográfico

Palindrome Space / Erieta Attali

Editorial

Condiciones de Excepción / Francisco Díaz

Lecturas, obras y proyectos

Zonas de Excepción económica / Keller Easterling. Entrevistada por Francisco Díaz

Praça das Artes / Brasil Arquitectura

Nave / Smiljan Radic

Paseo Cívico Metropolitano / Lyon Bosch, Martic, Groundlab

El Jardín de los Senderos Entrecruzados / Rodrigo Pérez de Arce

Una trayectoria excepcional / David Maulén

Prisioneros de Ritoque / Ana María León

La Ola / Scarcity Creativity Studio

La Arquitectura del Club / Sol Pérez Martínez

Prospe ct Stronghold / Chibbernoonie

Arquitectura en Crisis / Pelin Tan

Casa para uno / Kuehn Malvezzi Architects

Institucionalización de la excepción / José Manuel Falcón, Carlos Domenzain

Concurso edificio FADEU

Debate / Umberto Bonomo, Manuel Corrada

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